Los trastornos del espectro autista (TEA) son discapacidades del desarrollo causadas por diferencias en el cerebro. Algunas personas con TEA tienen una diferencia conocida, como una afección genética. Todavía no se conocen otras causas. Los científicos creen que el TEA tiene múltiples causas que, cuando actúan juntas, cambian las formas más comunes en que las personas se desarrollan. Todavía tenemos mucho que aprender sobre estas causas y cómo afectan a las personas con TEA.

​El trastorno del espectro autista comienza en la primera infancia y, con el tiempo, causa problemas en el funcionamiento de la sociedad, como en situaciones sociales, en la escuela y en el trabajo. Los niños suelen tener síntomas de autismo en el primer año. Un pequeño número de niños parecen desarrollarse normalmente en el primer año y luego pasan por un período de regresión entre los 18 y los 24 meses de edad, cuando aparecen los síntomas del autismo.

Una vez que un niño recibe un diagnóstico de autismo, cada momento cuenta. La Intervención Temprana puede ser una gran base para construir un futuro más brillante con la terapia de Análisis Conductual Aplicado (ABA). Creemos en la intervención temprana y nos comprometemos a que su hijo comience lo antes posible.


Un niño con trastorno del espectro autista puede tener intereses, actividades o patrones de comportamiento repetitivos y limitados, e incluso puede exhibir cualquiera de los siguientes signos:

  • Realiza movimientos repetitivos, como mecerse, torcerse o aletear con las manos.
  • Realiza actividades que puedan hacerte daño, como morderte o golpearte la cabeza.
  • Desarrolla rutinas o rituales específicos y se altera a sí mismo con el más mínimo cambio.
  • Tiene problemas con la coordinación o muestra patrones de movimiento extraños, como ser torpe o caminar de puntillas, y muestra un lenguaje corporal extraño, rígido o exagerado.
  • Está deslumbrado por los detalles de un objeto, como las ruedas giratorias en un coche de juguete, pero no entiende el propósito general o el funcionamiento del objeto.
  • Es más sensible de lo habitual a la luz, al sonido o al contacto físico, pero puede ser indiferente al dolor o a la temperatura.
  • No participa en juegos de imitación o simulación.
  • Se obsesiona con un objeto o actividad con una intensidad o concentración anormal.
  • Tiene preferencias alimentarias específicas, como comer solo unos pocos alimentos o no comer alimentos con una textura determinada.

Una evaluación diagnóstica exhaustiva consta de varios datos diferentes. Por lo general, esto incluye una entrevista con los cuidadores, la observación del niño y el uso de herramientas de evaluación estandarizadas o evaluadores de síntomas.

No hay forma de prevenir el trastorno del espectro autista, pero hay opciones de tratamiento. El diagnóstico y la intervención tempranos son muy útiles y pueden mejorar el desarrollo del lenguaje, las habilidades y el comportamiento.